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"Silencios que matan": Hollywood, trituradora de carne humana ★★★★★

En su nuevo libro, el también guionista Jordan Harper se centra en el poder manipulador de una industria llena de egoísmo y caprichos

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La maquinaria de propaganda de Hollywood siempre contó con dos líneas de defensa corporativa: la máquina del fango y la oscura figura del «fixer» («¡Ve y arréglalo!»), idealizada por Tarantino como Míster Lobo. El equipo de publicidad, los solucionadores mediáticos, esparcen, por una tupida red de periodistas venales, el «relato alternativo» a los hechos sucedidos. Así protegen a sus estrellas y figuras importantes de sus tropiezos y actos ilícitos con sobornos y apaños, utilizando influencers y un operativo de extorsionadores, policías corruptos y sicarios que rematan «el relato» alternativo de forma drástica. Este ejército en la sombra es la falange inmisericorde que evita que la podredumbre salga a la luz y cambie la percepción de los hechos.

Esa es la trama ideológica de «Silencios que matan», de Jordan Harper, guionista de «El mentalista», «The Shield» y «Gotham». Una extraordinaria novela sobre las estrellas y magnates del Hollywood actual centrada en las fábricas de bulos corporativas que controlan los relatos. Ese poder manipulador pone cachondo al que lo detenta.

Nada que no sucediera en el Hollywood clásico y que se repite en el actual, porque la condición humana es determinante en la construcción de los sueños húmedos. Eso sí, adaptado a una industria de películas de superhéroes y teleseries para plataformas plagadas de estrellas juveniles trastornadas por la fama efímera, la testosterona y los caprichos desquiciantes de una industria que tritura carne humana al igual que la fabrica.

El lado oscuro

El libro es el retrato entomológico de una generación Z «hispterizada» visto desde la perspectiva de un sicario, un «arreglador» de problemas, y una creadora de relatos alternativos, que tratan de engañar a las corporaciones que los contratan, como lo hacía la desalmada pareja de «Pacto de sangre» (1936) de James M. Cain con el seguro. Harper pasa el cortacésped sobre quienes utilizan sin escrúpulos el «poder del relato», tan inmorales como la corporaciones y quienes los contratan. Una obra que muestra el lado oscuro de las relaciones públicas y ese submundo de Hollywood que sobrevive chapoteando en la corrupción y al que no sacaría lustre ni el mejor abrillantador de metales.

▲Lo mejor

Es una obra tan cínica y seca como la magistral «Pacto de sangre» de James M. Cain

▼Lo peor

El cambio de registro moral de los protagonistas al final de la novela

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