«Tenemos una foto de uno de los asesinos que se parece más al del vídeo que Pablo Ibar»

Nuevo giro en el caso de Pablo Ibar. El español que pasó 16 años en el corredor de la muerte y ahora cumple cadena perpetua en una prisión de Estados Unidos sigue defendiendo su inocencia de los tres crímenes que se le imputan. Un nuevo testigo podría dar un vuelco a su historia al identificar a los dos «verdaderos» asesinos. El abogado con el que Ibar trabaja desde octubre, Daniel Tibbitt, atiende a LA RAZÓN desde Miami para esclarecer los detalles de esta sorprendente revelación.

Después de 31 años en prisión, aparece un nuevo testigo que podría exculpar a Pablo Ibar. ¿Cómo y por qué ha decidido esta persona hablar ahora?

El testigo se puso en contacto con un miembro de la Asociación Pablo Ibar después de que Pablo perdiera su apelación directa y compartió lo que sabía sobre la confesión de los dos verdaderos asesinos, quienes le contaron lo ocurrido poco después de haber cometido los asesinatos. No teníamos idea de quién era este testigo ni de la información que tenía hasta que se comunicó con nosotros. Investigamos su testimonio y, finalmente, firmó una declaración jurada en la que expone lo que sabe, lo cual demuestra que Pablo no cometió el crimen, ya que está comprobado que solo hubo dos asesinos, y él identifica a ambos como los que confesaron.

¿Quién es este nuevo testigo?

Se trata de un hombre. No puedo comentar ningún dato en relación a su edad o nacionalidad, ya que el propio testigo nos ha pedido mantener su identidad confidencial por ahora debido al temor de represalias por parte de los asesinos que ha identificado. Hay que tener en cuenta que estos llevan 30 años sin rendir cuentas por estos crímenes y sin duda están motivados para seguir eludiendo la justicia.

¿Estuvo el testigo presente en la escena del crimen o tiene conocimiento directo de lo que ocurrió?

No estuvo presente, aunque le habían pedido que lo estuviera y había cometido otros delitos con los perpetradores, todos ellos relacionados con su trabajo como matones para una organización internacional de narcotráfico. Estaba fuera de la ciudad cuando ocurrió el robo-asesinato. Los dos perpetradores le confesaron a esta persona el crimen que habían cometido unos meses después. Esa confesión se la hicieron a nuestro testigo mientras vigilaba junto a los otros dos una casa para otro robo con allanamiento.

¿Quiénes serían entonces los presuntos verdaderos autores del triple asesinato?

No revelaremos sus identidades por ahora, debido a las mismas preocupaciones de confidencialidad y seguridad del testigo mencionadas anteriormente. El caso se programará para una vista oral de presentación de pruebas y será el momento en el que daremos a conocer esa información.

¿Por qué consideran creíble a este testigo? ¿Por qué aparece ahora, tres décadas después?

Conoce a los perpetradores, cometió otros crímenes con ellos y estos se jactaron directamente ante él de haber cometido estos asesinatos. No habría razón para que se lo confesaran si no fuera cierto. Además, hemos investigado tanto al testigo como a los perpetradores.

¿Qué detalles específicos proporciona el testigo sobre el triple asesinato?

Dice que los perpetradores le contaron que fue un asalto relacionado con drogas. Identificaron a la persona que ordenó a los dos verdaderos responsables cometer el crimen. Asegura que los asesinos sabían quién era la víctima, el señor Sucharski, y que era dueño del bar Casey’s Nickelodeon. Añade que dos mujeres estaban en la casa por casualidad, lo cual concuerda con los hechos del caso. Además, tenemos una fotografía de uno de los perpetradores que se parece notablemente a las imágenes de videovigilancia de la persona que el Estado aseguró que era Pablo.

¿Este testimonio les permite construir una versión alternativa de los hechos suficientemente sólida como para solicitar un nuevo juicio (que sería el cuarto) para Pablo Ibar)?

Sin duda. La versión alternativa de los hechos es muy clara: se trató de un asalto relacionado con drogas. Tiene mucho más sentido que la versión del Estado, que sostuvo que fue un robo, a pesar de que se dejaron joyas valiosas en el cuerpo del señor Sucharski y más objetos de valor en dos cajas fuertes y a simple vista por la casa. En el juicio se demostró que Sucharski había cambiado su comportamiento y apariencia semanas antes del crimen y que estaba muy preocupado por su seguridad, lo cual es consistente con que sabía que miembros de una organización de narcotráfico querían hacerle daño, y no con un robo aleatorio.

¿Planean solicitar un nuevo juicio directamente con base en este testimonio, o primero buscarán una revisión judicial preliminar? ¿Cuál es su estrategia legal?

Ç

El procedimiento exige que el juez determine primero si la nueva evidencia es verdadera y si habría sido razonablemente probable que cambiara el resultado del juicio. Si es así, la condena actual se anularía y, si el Estado lo decide, podrían juzgar a Pablo nuevamente. Creemos que con esta nueva evidencia hay cero posibilidades de que Pablo sea condenado en un nuevo juicio, y esperamos que el Estado no lo intente y que, en su lugar, persiga a los verdaderos asesinos para hacer justicia a las familias de las tres víctimas.

¿Cuándo se espera que se pronuncie la Justicia?

Eso depende del juez, pero tengo la esperanza de que de aquí a seis meses tengamos una vista oral de presentación de pruebas donde podamos presentar el testimonio del testigo en el tribunal.

Si finalmente se rechaza al testigo, ¿qué opciones legales le quedarían a Pablo?

Dependería de las razones de la denegación, pero existe la opción de apelar esa orden.

¿Cómo ha reaccionado Pablo a este nuevo giro en su historia?

El ánimo de Pablo es bueno y no se ha quebrado. Se apoya en en su familia y en la comunidad, especialmente la comunidad vasca y española. Está agradecido de que este testigo finalmente haya dado un paso al frente y espera con ansias presentar su testimonio ante el tribunal.

¿Cómo es su día a día en prisión?

Difícil, pero mantiene la esperanza porque sabe que es inocente y mantiene la fe en que finalmente el sistema judicial estadounidense hará verdadera justicia.

Tres juicios y 1,3 millones de euros

Pablo Ibar, de 52 años y con doble nacionalidad española y estadounidense, lleva más de 30 años en prisión en EE UU, acusado de un triple asesinato ocurrido en 1994 en Miramar, Florida. La principal prueba fue un vídeo de baja calidad y una identificación dudosa. En el primer juicio, celebrado en 1997 junto a Seth Penalver, el jurado no alcanzó un veredicto, y se declaró nulo.

En 2000, en un segundo juicio, fue condenado a muerte. Pasó 16 años en el corredor de la muerte. En 2014, el Tribunal Supremo de Florida anuló el fallo y ordenó repetir el juicio por la deficiente defensa recibida. En 2019, tras un tercer juicio en el que se mantuvieron las pruebas discutidas y se excluyeron otras relevantes, fue declarado culpable nuevamente y condenado a cadena perpetua. Su coacusado, Seth Penalver, fue finalmente exculpado y absuelto en un juicio posterior independiente. Hasta la fecha, la defensa de Pablo Ibar ha costado en sus diferentes fases alrededor de

1,3 millones de euros.