El superordenador de Opta se lo deja claro al Madrid: no llega al 15% de opciones de ganar LaLiga

La Liga 2024-2025 entra en su fase más intensa. Quedan ocho jornadas y, aunque el calendario sigue ofreciendo fechas, los números comienzan a tachar nombres. El título, ese objeto de deseo que quema en las manos, solo tiene tres pretendientes con vida: FC Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid. Según el superordenador de Opta , el veredicto es claro: hay un favorito muy claro, un aspirante con historia y un tercero que apenas respira.

Barcelona: el peso de la ventaja

El FC Barcelona ha hecho de la regularidad su mejor arma. Ha jugado como si no supiera perder y, en 2025, eso no es una metáfora: sigue invicto. Lidera con 67 puntos, cuatro más que el Madrid y siete por encima del Atleti. Y lo hace con un dato que lo resume todo: 85,2% de probabilidades de ganar La Liga. Es decir, si esto fuera ajedrez, el Barça estaría en posición de mate en tres jugadas.

Hansi Flick ha sido mucho más que un nuevo entrenador. Ha traído método, personalidad y una ambición desbordada: el equipo no solo apunta al campeonato doméstico, también tiene la mira puesta en la Copa del Rey y la Champions. El triplete no es una quimera, y esa posibilidad le da al equipo una inercia emocional que pesa más que los puntos.

En el camino, hubo victorias que no se olvidan: el 4-0 al Real Madrid en el clásico de octubre fue un golpe de autoridad. El 2-4 contra el Atlético en el Metropolitano, una confirmación. Y como si hiciera falta más, el cambio de guion es brutal: en febrero, Opta le daba al Barça apenas un 26,9% de oportunidades. Hoy, la Liga parece suya.

El calendario tampoco lo contradice: enfrentará a equipos en apuros como Leganés, Valladolid, Celta y Mallorca. Y aunque queda el clásico en la jornada 35, el Barça podría llegar con suficiente colchón como para jugarlo sin el agua al cuello. Pero ojo: los títulos no se firman antes de tiempo.

Real Madrid: cuesta arriba, pero no rendido

El Real Madrid vive en ese incómodo limbo entre lo posible y lo improbable. Sus opciones de título han caído al 12,4%, lo que no es una sentencia, pero sí una señal de alerta. Con 63 puntos, los blancos saben que cada partido que no se gane puede ser el último clavo en la cruz.

La temporada ha sido irregular. Por momentos, Mbappé parecía imparable pero los tropiezos inesperados, derrotas en casa como ante el Valencia y el Betis, han mermado la confianza. Y mientras tanto, la exigencia no da tregua: Champions contra el Arsenal y Copa siguen en juego, y el desgaste es real.

El Clásico en Montjuïc será una final encubierta. No solo por los puntos, sino porque ganar ahí sería un golpe moral tremendo. Pero para eso, Ancelotti necesita recuperar la mejor versión de su equipo… y algo de fortuna. El Madrid ha vivido de remontadas imposibles antes, sí, pero esta vez el margen es ínfimo.

Atlético: el milagro que no llega

El Atlético de Madrid cierra la lista con apenas 2,4% de probabilidades. Y aunque matemáticamente sigue con vida, la realidad le aprieta el cuello. Nueve puntos por debajo del líder, y sin margen de error, su Liga es una cuesta empinada con el suelo resbaladizo.

Las derrotas contra Getafe o los empates que supieron a derrota han sido una losa. El equipo de Simeone ha perdido punch ofensivo y, por momentos, también convicción. Aun así, el “Cholo” no se resigna. El calendario le da algo de esperanza, con duelos ante equipos como Las Palmas o Valladolid,, pero depender de una catástrofe ajena no es la mejor receta para soñar.

Claves para el sprint final

Lo que inclina la balanza a favor del Barça no es solo la tabla, los datos históricos lo respaldan: el líder a estas alturas acaba ganando la liga en el 70% de los casos. Y más aún si se muestra fiable en defensa y resolutivo en ataque, como hasta ahora.

El Madrid, por su parte, necesita algo más que victorias: necesita que el Barça falle. Y aunque es especialista en llegar con vida hasta el último minuto, este año la remontada se antoja épica.

Y el Atlético… el Atlético es el eco de lo que pudo ser. Está ahí, matemáticamente, pero cada jornada sin pleno es un adiós silencioso. Simeone lo sabe.